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No hay nada más castizo que querer huir de la ciudad en verano. Sólo hay que echar un vistazo a la carretera cada fin de semana: medio Madrid prepara sus maletas para salir corriendo a buscar un poquito de mar. Y si de tradiciones madrileñas se trata, uno de los destinos por excelencia para estas estampidas estivales es Andalucía.
La última vez que me escapé al sur fue para conocer la provincia de Málaga, y más en concreto su capital y Marbella. Lo mejor, su gente, tan maja que rápidamente me sentí un “boquerón” más; lo peor, todos los kilómetros que tienes que hacer si vas en coche, y es que, no sé si para bien o para mal, la Costa del Sol no está tan cerca de Madrid como yo quisiera…
No es que me apasionen las 5 horas y media de trayecto con vistas a la autovía, pero, entre nosotros, si quieres ahorrar unas pelas, el coche es sin duda la opción más económica a la hora de viajar por la península: puedes llevar un montón de cosas que no te costarán el doble en tu destino, te permite pagar “a escote” la gasolina entre todos los ocupantes, y te ahorras alquilar un coche si quieres moverte un poco por la zona cuando llegues.
Si además estás atento a ofertas y promos, con lo que te ahorras en ir y venir de Madrid, te puedes tirar el moco e invitar a unas cañas y una ración de chopitos a tus acompañantes. Este verano, por ejemplo, si eres cliente de MAPFRE y socio de su Programa gratuito MAPFRE teCuidamos, te hacen un 5% de descuento en gasolina cada vez que repostes en tus viajes por carretera (del 15 de julio al 15 de agosto y la última quincena de septiembre); sólo tienes que enseñar tu carnet de socio. Y no sólo tú; puedes pedir un duplicado de tu Carnet de Socio, ensayar tu mejor sonrisa y pedir a tus familiares que te ayuden a ahorrar presentándolo ellos también cuando reposten. Su programa mola porque además de asesorarte sobre un montón de temas (asistencia médica telefónica las 24 horas, asesor mecánico para ayudarte en todas tus consultas sobre tu vehículo, reparaciones urgentes en el hogar…etc.), hacen mogollón de ofertas y sorteos. Si te toca alguno, apañas las vacaciones. Así te lo digo.
Si eres asegurado de MAPFE pero aún no te has dado de alta en el programa, es muy fácil y, lo mejor, gratis. Yo lo hice en directamente en su página web, pero si eres más analógico, puedes pasarte por alguna de sus oficinas o llamarles por teléfono (902 03 03 31). Y por supuesto, para exprimir el finde de verdad, nada como estudiar bien la hora de salida para evitar atascos, preparar unos bocatas para no parar en ruta y tener bien planificado qué visitar los días que estés en destino. En esto último puedo ayudarte, y lo sabes 
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Cuando voy de vacaciones busco mar, pero, exactamente igual que hago en Madrid, también preparo planes para disfrutar de otros alicientes como buena comida, lugares con encanto y algo de naturaleza. Es cierto que Andalucía ofrece sobre todo de sol y playa, pero hay otras muchas más cosas que pueden hacerse en el sur, además de tostarse vuelta y vuelta encima de la toalla. ¿Quieres saber cuáles son mis 7 planes imprescindibles para disfrutar de la Costa del Sol? Lo sé. Sigue leyendo.
- Pasear por el pueblo de Marbella y disfrutar de la Plaza de los Naranjos
En el litoral es frecuente ver pueblos tan explotados que han perdido todo el encanto que tuvieron antaño. Por suerte, el casco antiguo de Marbella es una excepción. Perderse por sus calles empedradas y casas encaladas es una gozada. Yo aproveché para ir por la mañana pronto, cuando todavía hay poca gente. Se oye el eco de tus pasos y el sonido del agua que se les cae a las señoras que riegan las flores que decoran sus casas. Para el aperitivo, nada como una cerveza fresquita en la Plaza de los Naranjos. Es cierto que está un poquito saturada de terrazas, pero si adelantas un poco el vermú, a primera hora se pueden cerrar los ojos y disfrutar del silencio y la paz de un auténtico pueblo andaluz.
- Comer una tortillita de camarones en La Relojera
Marbella tiene muchos restaurantes para comer buena comida mediterránea, pero hazme caso, en éste se come de maravilla. No es el más estiloso ni el que tiene más glamour, pero probablemente sea uno de los restaurantes más auténticos de Marbella. Dejando atrás el Puerto Deportivo y andando por la calle San Ramón, se llega a este auténtico restaurante de barrio pesquero con producto muy fresco y muy bien hecho. Su paella de marisco está muy rica, pero su Tortillita de Camarones está para ponerle un piso en la Gran Vía. Hechas al momento, crujientes y muy sabrosas. Pedirás y repetirás.
- Lucir palmito mañanero por el paseo marítimo
Como destino de calidad de la Costa del Sol, todo en Marbella está cuidado al detalle, y su camino al borde del mar no podía ser menos. Hay una parte que está pavimentada, pensada para tomar algo cuando cae el sol después de un día de playa. Pero yo te hablo de otra cosa. En dirección a Puerto Banús, el paseo marítimo se convierte en una pequeña pasarela de moda (léase camino de tierra batida) donde a primera hora de la mañana se reúnen runners y abuelos para disfrutar del fresco y mantener la forma física. Pero nada de ir hecho unos zorros. Prepara tus mejores galas porque aquí, hasta correr por la arena debe hacerse con estilo.
- Quemar la visa en Puerto Banús y tomarte un cóctel
A escasos 9 km. de Marbella está este pequeño microcosmos lleno de coches deportivos, yates y locales de lujo para comer, y sobre todo, para quemar Visa comprando en sus firmas de ropa o joyerías. Si no es tu caso y prefieres dejar la tarjeta de crédito dentro de la cartera, puedes conocer la zona dando un paseo por su puerto deportivo y empaparte del ambiente. Para rematar la tarde, te sugiero que te tomes un cóctel en Astral Cocktail Bar. Sí, ya sé que tiene forma de barco, pero eso no debe echarte para atrás. Al ser un enclave muy internacional tienen multitud de opciones, con o sin alcohol, y son especialistas en cócteles de frutas.
- Visitar el Museo Carmen Thyssen y ver el cuadro rosa de Tita.
Este museo tiene poco que envidiar a su hermano mayor, el Museo Thyssen de Madrid. Está ubicado en un antiguo palacio malagueño que han rehabilitado y ampliado con un estilo moderno y neutro que le permite mimetizarse a la perfección con el casco antiguo. Eso sí, rápidamente lo ubicarás en cuanto veas las colas que se forman a la entrada.
Las obras expuestas forman parte de la colección personal de Tita Cervera, sobre todo de finales del S. XIX y comienzos del s. XX. Puedes disfrutar de cuadros de Zurbarán, Haes o Romero de Torres. Mención aparte merece el retrato rosa de Tita, con un toque pop y en el que aparece representada como lo que es, una gran amante de España; a mí personalmente me encanta.
- Callejear por Málaga y visitar su muralla
La calle Larios es una visita obligada. Conecta peatonalmente la parte sur de la ciudad y su parque al borde del mar con la Plaza de la Constitución. Es una de las vías más nobles de Málaga y el centro comercial de la ciudad. Para mí fue una auténtica gozada pasear por ella levantando la vista y observando los edificios señoriales que hay a ambos lados de la calle.
En verano se cubre con unas telas para poder escapar del calor y así andar tranquilamente o tomar algo en una terraza sin acabar como un cangrejo. Y sin alejarte mucho del centro puedes conocer su muralla nazarí que en varios puntos está bien conservada y de la que, a día de hoy, se siguen descubriendo tramos nuevos.
- Tomar un dulce en la confitería Aparicio de Málaga
Si no has probado sus pasteles, es como si no hubieras estado en la ciudad. A los malagueños les chifla el dulce y tienen un montón de recetas tradicionales que no te puedes perder. Pues bien, todas ellas están en la Confitería Aparicio, uno de los establecimientos con más solera de Málaga. Lamentablemente cerró su local original en la calle Santa Lucía, pero puedes ir a sus sucursales de Capuchinos o de la Malagueta. No te pierdas su cigarro catalán y si tienes suerte, quizás puedas probar una de sus torrijas y borrachuelos.
Y hasta aquí mi pequeña recopilación de must que no te debes perder si viajas a Málaga. Si consigo algo de tiempo para escaparme otra vez, además de volver a saborear sus tortillitas de camarones, pasear entre casas encaladas y tostarme al sol, prometo investigar planes nuevos.
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