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Hoy os hablamos del Café del Jardín, la cafetería del Museo del Romanticismo, que descubrimos gracias a una recomendación de Ari Bradshaw. Un lugar agradable y alejado del ruido. La opción perfecta para desconectar en pleno barrio de Malasaña que se ha convertido en uno de nuestros sitios favoritos de Madrid.
Antes de la visita ya habíamos leído mucho sobre el café y las expectativas eran altas, pero tenemos que reconocer que no defrauda. Una buena carta de desayunos a 2,5 € (hasta las 12:00), algunos platos salados en torno a 8 €, tartas de La Mojigata y bocadillitos a 3 € con 4 tipos de panes diferentes acompañados de múltiples tés, refrescos y aguas de calidad (de las que tienen botellas bonitas) harán las delicias de los visitantes.
La decoración, cómo no, de inspiración romántica, francesa y vintage. El interior es el perfecto salón de té para los días más frescos. Sin embargo, el jardín es sencillamente perfecto para disfrutar de un día primaveral o una tarde calurosa de verano a la sombra de sus árboles.
Lo mejor es que se puede acceder a la tienda y a la cafetería sin tener que entrar al museo.

Café del Jardín (cafetería del Museo del Romanticismo)
Horario: de martes a sábados de 9:30 – 16:30 hrs. (de mayo a octubre hasta 20:30 hrs.) Los domingos de 10:00 – 15:00 hrs.
Precio medio: desayunos 2,5 € (hasta las 12:00 hrs.). Comer 10€.
Dirección: San Mateo, 13, Madrid.

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Today we speak of Café del Jardín, the café of the Museo del Romanticismo, which we discovered thanks to a recommendation by Ari Bradshaw. Nice place and away from the noise. The perfect choice to switch off in the neighborhood of Malasaña that has become one of our favorite places in Madrid.
Before the visit we had read a lot about the café, and expectations were high, but we must recognize that does not disappoint. A good breakfast menu to 2.5 € (until 12:00), some savory dishes around 8 €, cakes of La Mojigata and little sandwiches to 3 € with 4 different types of bread accompanied by multiple teas, soft drinks and quality waters (of which have beautiful bottles) will delight visitors.
The decoration, of course, of romantic inspiration, French and vintage. The interior is the perfect tea room for the cooler days. However, the garden is just perfect to enjoy a spring day or a hot summer afternoon in the shade of its trees.
The best is that you can get into the store and the café without entering the museum.