Y como ya casi es «juernes»… dedicamos la entrada de hoy a la Alhambra ¡Tachán!
No os engañéis; aunque podríamos estar hablando de la fortaleza andalusí, el post de hoy no va de escapadas. Y aunque la arquitectura nos apasiona (anda que no se nos nota el ramalazo), nos gusta tanto o más un buen «cerveceo». Eso es; nos referimos a la cerveza.
La probamos por primera vez en un tour por varias provincias andaluzas y desde entonces, cada vez con más frecuencia, nos la vamos encontrando en las terrazas y tabernas de la capital. No dudamos que, a este paso, se acabará convirtiendo en todo un clásico. Especialmente su versión de carácter más artesanal, la Alhambra Reserva 1925 y su mítica botella verde.
Precisamente así, con la botella, empezó la campaña «arte por descubrir», en la que varios bloggers fueron invitados a conocer de primera mano el proceso de fabricación de vidrio mediante la técnica artesanal del soplado, y a compartir sus impresiones mediante el hastag #artexdescubrir. Y qué mejor sitio para eso que la Real Fábrica de Cristales de La Granja, donde Diego Rodríguez, el maestro soplador más joven, hizo gala de su maestría, mostrando los secretos que se esconden detrás de este tradicional oficio.
Con esta iniciativa, Alhambra Reserva 1925 se ha propuesto poner en valor una versión del arte menos conocida. Una propuesta que, combinada con el arte de su cerveza premium, sólo apta para paladares exigentes e inquietos, da como resultado una mezcla insólita y novedosa, que pone en valor contenido y continente a partes iguales. Para los que no estuvisteis, os dejamos un vídeo-resumen de las jornadas. ¡No os lo perdáis!