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Las Médulas es algo que llevaba tiempo queriendo conocer, no por nada es la mayor mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano y Patrimonio de la Humanidad. Es una excursión muy chula para hacer en un alto en el camino a Galicia porque está relativamente cerca de la A-6, a la altura de Ponferrada, y si quieres conocer El Bierzo, es una parada imprescindible. Con unas vistas impresionantes y un entorno fantástico, es ideal para hacer rutas en bici, senderismo o simplemente dar un paseo, ya que hay caminos desde los muy facilitos y cortos a otros con bastante más dificultad.
Te cuento cómo fue mi experiencia. Nada más llegar, lo primero es conseguir aparcamiento. Al llegar al pueblo hay una zona de parking en la que hay que dar la “voluntad” que son 3€. La sensación es bastante parecida a cuando en clase el profesor buscaba “voluntarios forzosos”; aquello olía a estafa por todos lados. Nosotros dejamos el coche allí y luego más adelante vimos que había algunas pequeñas zonas donde se podía aparcar, pero supongo que serán para los muy madrugadores o para los que se saben el truco. Yo te lo cuento para que no te pase lo mismo que a nosotros. A dos minutos andando se llega al Aula Arqueológica de Las Médulas, que además de ser muy didáctica te dan un plano con las rutas que se pueden hacer y te orientan sobre lo que mejor se adapta a ti. Y si quieres, también te le puedes descargar aquí.
Mi recomendación: desde el pequeño pueblo de hay dos caminos, uno corto que está transitadísimo y otro que es un poquito más largo pero mucho más bonito y tranquilo. El camino que tomamos nosotros es ésta última, la llamada “Senda Perimetral”. Dejando atrás el Aula Arqueológica y caminado por la calle principal del pueblo se llega a la iglesia, y justo enfrente empieza la ruta. Se camina en dirección a Yeres y en una bifurcación se gira hacia la izquierda en dirección al Mirador de las Perdices. Desde allí podrás disfrutar de la panorámica prácticamente solo.
El camino continúa y se llega al Mirador de Orellán, con muy buenas vistas y después hay que desandar un poco el camino hasta coger el Camino del Mirador que baja en zig-zag y a través del cual llegaremos otra vez al pueblo pasando por la Fuente de la Tía Viviana. Hay que tener cuidado aquí porque debido a que es el camino más corto también es el más transitado, y al estar casi siempre en sombra y ser una zona húmeda el suelo puede ser bastante resbaladizo.
Hay otra opción para poder tener buenas vistas sin tener que andar prácticamente nada: desde el Mirador de Orellán. Un poco antes de llegar al pueblo de Las Médulas hay un desvío a la izquierda que lleva directamente hasta allí. No tiene el mismo encanto que recorrer la zona andando pero para gente con problemas de movilidad o cochecitos de bebé es la mejor opción.
Para los que no les guste demasiado andar, sean algo más aventureros o ambas cosas a la vez, también puedes hacer el recorrido en caballo. Nosotros nos encontramos con una excursión de unas ocho personas y me pareció una idea genial. Los caballos eran súper tranquilos, de hecho había varios niños en el grupo, y la guía iba explicando de manera muy interesante la zona.
La zona se ve relativamente rápido dependiendo de la ruta que hayas elegido, desde media hora si vas directamente al Mirador de Orellán hasta un par de horas si te gusta andar. En el pueblo hay varios restaurantes para poder completar la experiencia comiendo Botillo o Pimientos Asados que requerirá reposo posterior, ya te aviso. La zona merece mucho la pena y es buen plan tanto si váis un grupo de amigos como en pareja o con niños. Y si quieres seguir planeando cosas que hacer en verano, mira mis escapadas desde Madrid, ¡seguro que hay alguna que te encaja!
Centro de recepción de visitantes de Las Médulas
Teléfono: +34 987.42.07.08
Dirección: Las Médulas, El Bierzo (León).