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Aquí hay ramen, eso está claro: ¡lo dice el nombre del restaurante! Lo que no dice es que te puedes comer un cangrejo entero sin pelar en un bocadillo, probar la versión nipona del cocido o reservar una sala con tatami para comer sentado en el suelo al más puro estilo japonés. Ponte el babero y pide uno de sus ricos platos de fideos o prueba las recetas más tradicionales de Japón.
En plena cuasi-plaza de Tribunal (ya sabes, donde sueles quedar con la gente, en la salida de metro de la calle Barceló) está este restaurante que me ha descolocado bastante. A primera vista puede parecer un local sin gracia, uno más entre todo ese mogollón de restaurantes de comida rápida. Pero es cruzar sus cortinas noren y entrar en un remanso de paz; todo gracias a Paloma.
Sus abuelos son de Kioto, sus padres vivieron en Taiwán y ella es madrileña de nacimiento (su nombre castizo no es casualidad). Ella y su hermano se han propuesto traer lo mejor de las izakayas japonesas a su cocina de Madrid. Y doy fe de que lo han conseguido. Las izakayas son restaurantes populares donde se bebe después del trabajo y donde se comen guisos tradicionales. Para que me entiendas, son la versión nipona del “bar de abajo de casa”.
Igual que nosotros no comemos cochinillo o paella todos los días, los japoneses tampoco están todo el día con el sushi en la boca. Hay muchísimos tipos de comidas diferentes (gracias Almu y Diego por el recetario tan bonito de Maori Murota) y sé que aún me queda mucho por probar. Consciente de ello, eché un vistazo a este libro y a la carta de Ninja Ramen antes de ir, pero de poco me valió.
Cuando miro un restaurante antes de entrar, lo primero en lo que me fijo es en los comensales. No me suelo fiar mucho cuando veo una arrocería llena de guiris comiendo paella con sangría. Hay honrosas excepciones cuya fama ha transcendido nuestras fronteras, pero no es lo habitual. En este caso, nada más cruzar las puertas de Ninja Ramen, hubo una cosa que me llamó poderosamente la atención. Había japoneses por todas partes. Y además comiendo platos que yo no había visto en la vida. No es que sea el mayor experto en el tema, pero ya he ido a unos cuantos restaurantes asiáticos en Madrid y conozco los nombres de varios platos de memoria.
Ninja Ramen tiene un par de rinconcitos que te transportarán al país del sol naciente: una barra donde comer como en un pequeño tenderete callejero y una mesa comunal con grandes faroles. Yo me senté en una mesa “de las normales” y dejé que Paloma me sorprendiera y me trajera lo que quisiera.
Empezó con unas Gyozas de pollo y verduras, suaves y delicadas, con masa hecha por ellos mismos. Esto es lo más convencional que probé en la comida. A partir de aquí, me adentré en un mundo totalmente desconocido.
Lo siguiente que llegó a mi mesa fue un bao con un cangrejo dentro. Entero y sin pelar. Han cogido el mollete de pan al vapor taiwanés y lo han usado como cama para un cangrejo en tempura con mostaza casera. El resultado, el Bao de soft shell crab.
Se come a mordiscos, así, sin pelar. La tempura hace que el caparazón esté blandito y no hay ningún problema. En un primer momento puede parecer algo raro, pero está buenísimo. Yo ya había probado muchos baos y tengo una lista de mis 5 favoritos de Madrid, pero está claro que cada vez la lucha está más reñida. Como no me decido a quitar ninguno, seguramente amplíe el ránking hasta llegar a los 10…
Después llegó el plato principal: el Sukiyaki. El concepto es muy parecido al del cocido, pero el orden para comerlo es distinto. En vez de tomar sopa, garbanzos con verdura y carne, se comen primero las verduras, luego la carne y finalmente la sopa, rollo cocido maragato. Y hay otra diferencia: ¡te lo tienes que cocinar tú!
Te explico. Una vez que están puestos todos los ingredientes en la mesa, se enciende el quemador que hay debajo del cuenco y se terminan de hacer las verduras en la sopa. Una vez que has hecho un poco de hueco comiéndote unas cuantas verduras, se pasa a comer la carne. Para ello, coges un trocito (crudo) con los palillos y lo sumerges en el caldo. Cuando se termina de hacer y cambia de color, ya te lo puedes comer. Es tradición mojarlo antes en un poco en huevo batido, pero eso ya va en gustos.
Por último, metes los fideos en el caldo, que con todo lo que ha pasado por ahí está buenísimo, y te terminas el plato. Como puedes imaginar es una receta propia de los meses de frío y los ingredientes varían un poco (igual que ocurre con el cocido), dependiendo de la zona. Lo que es una constante es que es un plato contundente y muy sabroso.
Terminé con un Taiyaki, que es como un Doroyaki pero con forma de pez. Se trata de un bollito relleno con pasta de Anko (pasta dulce de judías) que suelen comer los niños japoneses en el recreo o a la salida del cole. Es una especie de Bollycao, pero mucho más sano y tradicional.
Al terminar la comida me dijeron que están haciendo un gran esfuerzo para llegar a todos aquellos de vosotros que no podéis tomar lácteos o gluten. Desde hace muy poquito tienen salsa de soja sin gluten y modifican muchos de sus platos para llegar a todos los públicos. Así, todos pueden comer la cocina tradicional de Japón, y por supuesto ¡terminar con sake! Lo voy a incluir en mi lista de restaurantes sin gluten de Madrid que no hace más que aumentar. ¡Apunta!
Ninja Ramen
Teléfono: +34 914.93.99.193
Horario: todos los días de 12:00 a 16:30 hrs. y de 19:30 a 0:00 hrs.
Precio medio: 25€
Dirección: Barceló, 1, Madrid.
Ninja Ramen en nuestro mapa
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