Hoy os proponemos una escapada a la ciudad de Burgos. Su cercanía a Madrid la convierte en un destino perfecto para pasar un fin de semana cultural y gastronómico. Aunque si madrugamos podemos ver mucho en un día, es recomendable pasar un par de noches en alguno de sus magníficos hoteles. El único requisito: abrigarse bien en invierno y un poquito en verano, por si «refresca».
Cómo llegar.
En coche, por la A1; todo el tramo se realiza por autovía así que no tiene pérdida. Si el tráfico es normal, suele tardarse alrededor de 2 horas y 40 minutos. Si no tienes vehículo propio siempre puedes alquilar un coche en Madrid. Una vez allí, si te alojas en el centro, no tendrás que mover el coche pero puede que te resulte algo difícil encontrar aparcamiento. Si optas por el vehículo privado y por alojarte en un sitio céntrico, conviene que te asegures de que el hotel cuenta con servicio de parking.
En autobús, en la Continental Auto, con salidas desde Avenida de América y desde el aeropuerto de Barajas. Tiene la gran ventaja de que la estación de Burgos está en pleno centro y si te alojas en el casco antiguo (nuestra recomendación) te olvidas del coche todo el fin de semana. Puedes consultar los horarios y precios en la web del grupo Alsa.
En tren; hay tres Alvia al día que te llevan a Burgos en apenas 2 horas y 20 minutos; sin embargo, la estación nueva está fuera de la ciudad y el trayecto hasta el centro no compensa el ahorro de tiempo respecto al autobús.
Dónde alojarse.
La ciudad es pequeña, y si nos alojamos en el centro, podemos recorrerla a pie o en bici sin problemas. Si hace bueno, esta última opción es más que recomendable; es una ciudad en su gran mayoría llana y el sistema de alquiler de bicis (Bicibur) cuenta con un servicio especial para turistas.
Si optas por el centro, nuestro alojamiento favorito por su relación calidad-precio, y sobre todo por su ubicación, es el Hotel Norte y Londres, agradable y muy céntrico. Para un plan más familiar, el Hotel Abba es perfecto. Está ubicado en el entorno del Castillo, un sitio muy muy tranquilo. Tiene habitaciones cuádruples y muchas instalaciones de ocio (gimnasio, pista de pádel, piscina cubierta…) a un precio más que razonable.
Qué hacer.
Podemos combinar una visita al Burgos más histórico (la Catedral, las Huelgas, la Cartuja de Miraflores), con un plan cultural más contemporáneo (el Museo de la Evolución, el CAB) o con paseos por los espacios abiertos de la ciudad (el Castillo, Fuentes Blancas). Todo ello reponiendo fuerzas con cualquiera de sus platos típicos: cordero asado, morcilla, olla podrida… Como ya hemos hecho con otras escapadas, os lo iremos contando en sucesivas entradas.
Qué hacer en los alrededores.
Acercarse al Monasterio de Silos o al yacimiento arqueológico de Atapuerca. Visitar pueblos de gran belleza como Oña, Frías, Peñaranda, Orbaneja… o espacios naturales como las Hoces del Ebro, Ojo Guareña o la Sierra de la Demanda.