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Es verdad, hay que admitirlo, en Madrid no tenemos playa (vaya vaya). Sin embargo la capital del ocio por excelencia tiene un montón de recursos para recrear un día de sol y mar en el Mediterráneo en Madrid. Tanto si cuentas los días que quedan para irte de vacaciones, como si ya han pasado y no dejas de echarlas de menos, hoy te cuento todos mis trucos para tele transportarte a tu playa favorita del Mare Nostrum.
Para empezar, en Madrid no tenemos playa. Pero lo que sí tenemos es paseo marítimo: la calle Argumosa de Lavapiés, que está llena de terracitas para disfrutar del fresco por las noches. Además, durante las fiestas de San Lorenzo en agosto toda la calle se impregna del olor de las sardinas fritas y, casi casi, hasta puedes sentir la arena bajo tus pies.
Si hablamos de comer, en la capital tenemos la suerte de poder disfrutar de las creaciones de algunos de los mejores cocineros del Mediterráneo que nos traen a Madrid los sabores que tanto nos gustan cuando vamos de vacaciones a la costa. Para tomar una buena paella nada como El Garbí con su chef Vicent Alonso a la cabeza. Casa Jorge y su menú “Calçotada” harán que te sientas en Cataluña: pan con tomate y ajo, embutidos, esqueixada, escalibada, calçots y parrillada de butifarra con crema catalana. ¡Qué hambre! Si de lo que se trata es de beber, nada para viajar al Mediterráneo como una copa de vino de la zona. Si es en una terraza con vistas al atardecer, mejor aún. Todos son pluses a la hora de conseguir un buen efecto “tele transporte”.
También puedes preparar la fiesta en casa. Ya lo dicen los anuncios de la tele, nada más mediterráneo que compartir una noche de calor con tus amigos. Yo suelo organizar cenas y en verano no desaprovecho la ocasión de reunir a mis colegas y brindar por nuestras vacaciones (las que ya hemos tenido o las que están por venir). Preparo una mesa bonita, saco mi mejor vajilla y abro una botella de Viña Esmeralda de Bodegas Torres.
El blanco no falta para acompañar mi mítica “lubina a la sal” o el rosado para mi carpaccio de ternera. No veáis lo bien que quedo hablando a mis amigos de cómo sus uvas moscatel y gewürztraminer (pronunciar esto es todo un reto) le dan al vino su aroma intenso y floral y su característica ligera acidez en el paladar. El rosado también es el aperitivo estupendo para ir abriendo boca y también es un must en mi pequeña bodega de verano. Este año además, estrenan diseño y tienen una edición limitada en formato “magnum”, que sí o sí va a acabar en mi mesa. A veces somos tantos que un tamaño más grande nos vendrá que-ni-pintado.
Otra cosa que puede transportarte a la costa catalana son los deportes de agua. En el Mediterráneo se puede disfrutar de pequeñas calas sin masificar, donde los pinos llegan hasta la misma playa, y en Madrid puedes hacer (casi) lo mismo en la playa del Pantano de San Juan. Puedes pasar el día a la sombra de los pinos, zambullirte en el agua o alquilar una moto de agua. Yo aún no me he atrevido pero las tengo fichadas y seguro que las probaré algún día…
En Madrid no podrás bucear como en las Islas Medas, una de las reservas marinas de flora y fauna más importantes del Mediterráneo oriental, pero sí puedes empezar a hacer tus pinitos con las inmersiones con un bautismo de buceo o sacarte el PADI. Así cuando estés en pleno Parque Natural y veas cómo disfruta todo el mundo, podrás apuntarte a alguna inmersión y disfrutar bajo el agua tanto como en tierra firme.
No sé si sabes que bucear da mucha hambre. Aviso. Tú tendrás tus propios trucos para vivir el Mediterráneo en Madrid, yo te he contado los míos, que seguro que hacen mucho más llevaderos los días de calor de la capital. Por cierto, me queda una cosa por decirte: ¡necesito vacaciones!
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