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La Caña. Nuevo restaurante en Chamberí.

Este restaurante perteneciente al Grupo Andilana (La Gloria de Montera, la Finca de Susana, Ginger, Public etc) ha abierto recientemente sus puertas en Chamberí.Viene a completar la oferta gastronómica de la zona; habitualmente para salir de cañas, tomar algo en las terrazas de Olavide, viajar gastronómicamente y salir de marcha por alguno de sus bares de copas cercanos a la Glorieta de Bilbao.
Sin dudarlo, podemos afirmar que lo mejor de este sitio es su relación calidad precio. Más que buena. Por menos de 20€ a la carta y 10,50€ el menú de mediodía tienes un servicio atento, bastantes platos para elegir y una servilleta de tela.
El interiorismo del restaurante es actual y bastante barroco. Lo mejor de la decoración las sillas, las mesas y el suelo. Tampoco fallan los amplios ventanales, que venden el éxito del local cuando pasas y se ve lleno de gente.
Sin duda volveremos para una cena informal con amigos el fin de semana. Eso sí, iremos pronto porque siguen con la filosofía de no reservar mesa y apuntarte en la famosa lista de espera. Cuando te toque te llaman al móvil.

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Restaurante La Caña
Horario: de lunes a domingo de 12:30 a 17:00 hrs. y de 19:30 a 00:00 hrs.
Precio medio: 15€ a la carta y 10,50€ el menú de mediodía.
Dirección: Cardenal Cisneros, 24, Madrid.

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Discusiones

6 comments
  • Fui a comer con mis padres ayer y nos llevamos una gran decepción con el sitio. Para empezar la primera imagen que te da el restaurante es una portada llena de platos riquisimos que te llaman la atención para entrar y pedirtelo anunciando «nuestras famosas patatas bravas» «croquetas de jamón»… y resulta que nada de lo que hay escrito en la fachada se encuentra en la carta del restaurante. Creo que es publicidad engañosa. Cuando pedimos lo que si aparecía en la carta… resultó ser todo comida congelada, croquetas de setas frias, tortilla de patata recien sacada del microondas seca y sin terminar de descongelar, los canelones de espinacas que se pidió mi madre congelados también y sin hablar del «cochinillo» que te ofertan en la carta y lo que te sirven son lonchas de bacon… lo unico que estaba bueno fueron mis espaguetis.

    En fin nos ha decepcionado mucho este lugar. No lo recomiendo en absoluto.

  • El local está bien, atienden bien, personal asiático y bonita decoración, pero la comida es la llamada “de fusión”, no sabes muy bien lo que comes, está todo semi-preparado calentar en microondas decorar el plato con algas, salsas y especias, y punto. Yo comí laminado de cerdo con humus. Me pusieron un plato de barro tipo tayinera con finísimas lonchas de beicon y una cucharada de humus en el centro. Por no saber no sabía ni a beicon. Fuimos cuatro personas. En una factura de 90,1 € me cobraron el céntimo de la vuelta de los 100 € que les di.

  • TRATO DISCRIMINATORIO. El pasado viernes 28 de abril fui a cenar con mi familia al Restautante La Caña para celebrar el 30 cumpleaños de mi hermana. Éramos 10 personas por lo que llame el día anterior para reservar una mesa, a lo cual me comentaron que los fines de semana no hacían reserva pero que si íbamos pronto no habría ningún problema. Llegamos al restaurante a las 21h, y tal y como me dijeron el día anterior, el restaurante estaba vacío, pero cuando pedimos mesa para 10 nos dijeron que no había problema pero que tenía que ser en La planta de abajo, algo que por supuesto no me avisaron el día anterior cuando llamé.

    Entonces les explicamos que una de las personas que venía a la cena era mi abuela, de 87 años, y con MOVILIDAD REDUCIDA, por lo que era totalmente imposible que bajara la escalera y necesitábamos mesa en la planta de arriba. La persona que nos atendió nos dijo que lo entendía, pero que los fines de semana no estaba permitido juntar mesas y que o nos daban mesa en la planta de abajo o NO NOS PODÍA AYUDAR. Quiero recalcar que en ese momento el restaurante estaba vacío y había mesas libres de sobra, pero según nos vinieron a explicar en el restaurante, les salen más rentables las mesas pequeñas que los grupos porque van más rápido y por lo tanto hacen más caja.

    Quiero dejar esta queja por escrito, puesto que a mi abuela le dieron un trato totalmente discriminatorio por su movilidad reducida. Dejando a parte el hecho de que si hay una planta de abajo debería estar adaptada para discapacitados (y más si es la única opción que dan para grupos), si la planta de arriba hubiera estado llena entiendo que sólo nos dieran mesa abajo, Y lógicamente nos habríamos ido sin rechistar, pero estando el restaurante VACÍO me parece una vergüenza que no nos dieran mesa y nos tuviéramos que buscar otro sitio para cenar.

    Por lo tanto, sólo avisar a discapacitados y gente con movilidad reducida, que en este restaurante, si venís en grupo, no podréis cenar.

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