Alta cocina en miniatura de un cocinero con estrella Michelin, sin listas de espera y sin que te cueste un ojo de la cara. Así es Atlántico, Casa de Petiscos, la oportunidad de probar tapas de productos gallegos el toque creativo de Pepe Solla, sentado en la barra con un buen Ribeiro.
Es una propuesta desenfadada que toma como base la cocina gallega, pero salvo el Pulpo a feira de los fines de semana, todo es sorprendente. Como usan productos gallegos frescos que les traen directamente sus propios proveedores, su carta va variando según la temporada.
El concepto de Atlántico viene explicado en su apellido: “casa de petiscos”. Pepe Solla ha querido condensar muchos de los platos de su restaurante en pequeñas versiones manteniendo la calidad y la originalidad de sus platos. Y como no podía ser de otra manera, también hay recetas creadas exprofeso para esta aventura.
Como te puedes imaginar, los fines de semana se pone de bote en bote con gente deseosa de tomar un buen aperitivo antes de comer; que los paseos en barca en el lago del Retiro dan mucho hambre ;-). Yo me acerqué un día entre semana a comer para estar más tranquilo; lástima que esta vez fui yo sólo, porque está todo tan rico que si hubiera ido acompañado le hubiera metido la zarpa a más platos.
Lo que más me gusta del local es que es súper amplio y muy luminoso. Tiene unos grandes ventanales por los que entra el sol a raudales y que tienen vistas al parque más famoso de Madrid. Todo son mesas altas con taburetes, perfecto para picotear, y además, puedes ver cómo preparan los platos ya que su cocina es abierta y a la vista de todos.
Casi todas sus propuestas vienen emplatadas en cuncas, que son unos cuencos donde se bebía el vino en las tabernas gallegas mientras se comía algo de marisco. Pepe recupera ese recipiente tradicional y le da un nuevo uso, otro guiño a la renovación y modernización de la cocina de Galicia.
Te aviso, no son raciones al uso, es alta cocina en miniatura. No esperes raciones abundantes porque no las hay, a menos que pidas uno de sus bocadillos que puedes pedir eligiendo su longitud. Y créeme, si pides el máximo de 40 cm, es imposible que te quedes con hambre.
Dejé a un lado sus bocatas de calamares y de raxo con pimientos, quería probar unos cuantos platos de su carta que me llamaron mucho la atención. Empecé con unas Almejas en ramen, fresquísimas y con una salsa un poquito picante. Tienen unos poquitos fideos también en el poco espacio que dejan las almejas, y están deliciosas.
Al mismo tiempo llegó a la mesa el Aguachile de jurel, que es una especie de ceviche que se hace en la costa norte de Méjico, pero con un pescado típicamente gallego como es el jurel. Fresquito y con mucho sabor. Para beber, nada mejor que una de las especialidades de Galicia, un vino blanco Guitián Godello.
Para hacer punto y seguido, pedí los Makipanes creación de Pepe Solla: unas tapas cuya base es de bollo gallego coronado con tres opciones: lacón y grelos, bacon y queso, pulpo y ajada. Y me pedí las tres 🙂 . Están en ese punto que no sabes si se comen de un mordisco o dos porque vienen bien cargaditos.
Para terminar esta pequeña cata improvisada, pedí un par de cuncas de carne: Tartar de vaca gallega y Cachelos bravos con panceta. Carne sabrosa para el tartar y panceta con la mínima grasa posible en ensalada que hace que no sea un plato pesado. Junto con una buena copa de vino tinto Ailalá, porque sí, también hay vino tinto Ribeiro.
Como te habrás dado cuenta después de todos los platos de los que te he hablado, esta propuesta de Pepe Solla ha entrado como miembro de pleno derecho en los sitios del barrio de Retiro que más me han gustado. Porque sí: es posible tapear por aquella zona y no morir en el intento. ¡Ya me contarás!
Atlántico, Casa de Petiscos
Teléfono: +34 914.35.28.19
Horario: todos los días de 8:30 a 0:00 hrs.
Precio medio: 25-30€.
Dirección: Av. de Menéndez Pelayo, 11, Madrid.
Atlántico, Casa de Petiscos en nuestro mapa
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