Pocas cosas disparan nuestros sentidos como el olor a café recién molido. Para muchos supone un retorno inmediato a los aromas que acompañaban nuestra infancia. Cuando entrábamos en las tiendas de café de niños y nos dejábamos arrastrar por la intensidad del café tostado. La esencia de las variedades recién molidas que inundaban la calle antes incluso de abrir la puerta del establecimiento.
La tienda que Cafés Pozo tiene en el número 53 de la madrileña calle Fuencarral mantiene esa esencia. Es muy difícil que los transeúntes que pasan frente a su entrada no aspiren ensimismados los olores que entrega. Se trata de un pequeño local, discreto a pesar de sus amplios escaparates. Ofrece al curioso una nutrida variedad de cafés delicadamente empaquetados de las marcas de la casa, con variedades procedentes de México, Kenia, Colombia, Brasil, Etiopía…
Si levantamos la mirada nos encontraremos con estanterías repletas de cafeteras de todo tipo. Desde la tradicional italiana a la exquisitez clásica de las Chemex, junto a todos los accesorios y repuestos imaginables. Un pequeño oasis tanto para el barista más experimentado como para el que se inicia por primera vez en el mundo de la preparación del café. La clave es su personal, con sus consejos para disfrutar al máximo de la pasión por el specialty coffee.
Ya llevamos unos años viviendo una edad dorada en cuanto a tipos de grano, tostado y moliendas del café. Cada vez es más frecuente encontrarse con gente que huye del espresso convencional, de las máquinas de cápsulas o de la italiana de toda la vida para pasarse al filtrado manual, en el que se controlan las proporciones, temperaturas y tiempos. Es sin duda, una forma perfecta de exprimir los matices menos convencionales de cada grano. Para ello, Chemex siempre ha sido una opción (para muchos, la mejor).
A esto se suma otra de sus ventajas. Debido a su menor concentración en cafeína, puede ser el compañero perfecto para esas noches largas de trabajo o esa partida perfecta de cartas que se organiza con tiempo y acaba por ponerse seria. Cafés Pozo se caracteriza por disponer de todo lo que el fanático de la Chemex puede necesitar. Desde los filtros para todos sus modelos hasta los vasos para la cata, pasando por todos los accesorios que rodean la liturgia del brewing (teteras, termómetros, básculas…).
El grupo Pozo posee el n.º 15 en el registro general de torrefactores españoles. Llevan desde 1932 ofreciendo sus servicios al público, con un claro enfoque hacia los servicios de hostelería, y eso se nota en el mimo que prestan al producto y a sus clientes. Inició su andadura en la Calle Magdalena, pero pronto expandió su pequeño puesto hasta llegar a las 32 tiendas que le convirtieron en toda una referencia en Madrid en lo que a café se refiere.
En 2002 fue adquirido por la vitoriana La Tostadora, como parte de su campaña de concentración para competir con las grandes multinacionales y que también incluye marcas como El Dromedario o La Brasileña. A pesar de esta adquisición, Cafés Pozo mantiene un carácter propio, independiente de la casa matriz, que deja traslucir el espíritu castizo que forma parte de su ADN.
El mismo carácter que lleva a muchos a hacer de su pequeña tienda en Fuencarral una parada obligada cuando visitan la capital. El trato con el cliente, la posibilidad de tratar con el producto de primera mano y el consejo experto de Óscar, su dependiente, son motivos más que suficientes para que, si el café nos apasiona, nos dejemos arrastrar por la nostalgia mientras planeamos nuestra próxima infusión.
Cafés Pozo
Teléfono: +34 915.21.01.80
Horario: lunes a viernes de 12:00 a 21:00 h, sábado de 10:00 a 14:00 h.
Dirección: Fuencarral, 53, Madrid.
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