Sabes que estoy pendiente del último restaurante de moda o del último place-to-be de Madrid, pero también me gusta descubrirte esos sitios castizos por los que no pasa el tiempo. Ojo, eso no significa que solo haya abuelos, la media de edad de La Mina de Chamberí te aseguro que es más baja que la de muchos locales de Ponzano, y con mucho menos postureo.
Porque sí, la zona de la calle Ponzano se ha puesto muy de moda, pero vivimos una época en la que el tema de las cañas y las tapas anda algo descontrolado. Todo el mundo se sube al carro y monta una “neotaberna” o un “gastrobar”. Y oye, hay gente que trabaja muy bien, pero hay algunos sitios que son auténticos despropósitos.
Por eso me gustan tanto las tabernas antiguas. Pero ojo, no esas que se han convertido prácticamente en museos para turistas o las que están invadidas de hordas pendientes de hacerse el selfi de turno. Aunque el proceso de gentrificación es un hecho, todavía hay bares auténticos en Chamberí, uno de los barrios más castizos de Madrid.
La Mina es uno de ellos: una antigua taberna abierta en los años 40 que ha cobrado nueva vida gracias a Gonzalo, el nieto del fundador. Él ha respetado al máximo la herencia recibida; porque si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Me refiero a que si tu bar es famoso por las raciones de gambas a la plancha y pinchos morunos, continúa con el legado. Si es un punto de reunión de la gente joven del barrio desde hace más de 70 años, pues sigue sirviendo la buena cerveza fría que tanto les gusta.
La decoración del local es prácticamente la misma desde mediados del siglo pasado: suelo de gres, una barra de mármol “de las de toda la vida”, antiguas tinajas de cerámica dónde se guardaba el vino que se vendía a granel… Vamos, el típico lugar en el que entras y sabes que estás formando parte de la historia del barrio.
¿Qué pedir? Pues yo lo tengo claro: una caña bien tirada y un “pincho moruno” o una ración de gambas. Son dos de sus raciones más top y verás una (o las dos) por todas partes. Te las puedes comer en la barra de la zona de la entrada o sentado en una de las mesas de dentro, y siempre rodeado de un gran ambientazo.
Porque otra cosa que no se ha modificado es que uno de los puntos de reunión de la gente joven del barrio, con un casi inexistente nivel de postureo y sobre todo un gran nivel de ganas de tomarse unas cañas con los amigos. Oirás a los camareros referirse a muchos clientes por su nombre de pila; pero también acogen a foráneos con los brazos abiertos, yo el primero.
Te recomiendo que si vives en Madrid, vayas al menos una vez en la vida para sentir lo que es tomarte unas cañas en una taberna castiza, te manches las manos comiendo gambas o un pincho moruno y acabes saliendo tres horas más tarde después de haber “arreglado el mundo”. Pero te aviso que puede causar adicción…
La Mina
Horario: domingo a jueves de 11:00 a 1:30 hrs. viernes y sábado de 11:00 a 2:30 hrs.
Dirección: Gral. Álvarez de Castro 8, Madrid.
La Mina en nuestro mapa
[put_wpgm id=3]
Puedes seguirnos en Instagram + FaceBook + Twitter + Bloglovin´
Lo mejor de Madrid.
Ambiente agradable y buena atención.
El mejor vermut.
Altamente recomendable…. un 10 a todos en general….
Seguir asi
¡Gracias por tu comentario! La verdad es que yo siempre que voy me siento como en casa 😉
Conozco LA MINA desde hace 73 años, era muy amigo de GONZALO y pasaba mucho a degustar » una especial » de gambas a la plancha y una jarra de cerveza que me servia RAIMUNDO, yo naci en la calle de VIRIATO y cuando salia del antiguo colegio de alvarez de castro. STA: TERESA iba con mi barrita de pan para que me la llenara de mejillones o anchoas, que tiempos tan bonitos en ese MADRID en blanco y negro, pero muy felices