Si buscas un sitio en el que, además de dejarte unas manos y pies estupendos, te traten como a una reina, lo hemos encontrado. En My Little Momó, te hacen vivir una experiencia que va aún más allá de lo ya de por sí gratificante que resulta mirarse las manos y ver que están cuidadas y bonitas. Una experiencia que puedes regalar o vivir; tú eliges si quieres o no compartirla.
La Gafería. Una óptica diferente en Madrid.
No hace mucho que ha abierto su tienda en Chamberí La Gafería, una óptica boutique donde podrás encontrar todas esas gafas que tanto te gustan y no sabes dónde encontrar. Modelos de lo más chic, mucha calidad y un trato y profesionalidad impecables se dan cita en la óptica de Laura; si quieres sentirte bien con tu aspecto y presumir de gafas, no dejes de acercarte a visitarla.
Maria’s Bakery. Boutique del pan en Chamberí
Paseando por la zona de Chamberí en la que se alojan la mayoría de las embajadas encontramos esta panadería tan «bien puesta». De estética francesa y con una única mesa para tomar algo, Maria’s Bakery ofrece a sus clientes pan de masa madre a una buena relación calidad – precio y otros dulces de inspiración francesa.
Real Cake. Los auténticos pastéis de nata en Madrid.
Pequeño local en la calle Goya de Madrid que vende dulces típicos portugueses como los famosos pasteles de nata y el bolo rei. Una delicia para caer en la tentación.
Petra Mora. Delicias que también entran por los ojos.
Hace muy poco descubrimos Petra Mora, una tienda de productos gourmet que marca la diferencia con su atractivo packaging de estética vintage. Tienen una tienda física en el barrio de Salamanca, pero si eres de los que tienen poco tiempo y prefieres comprar desde casa, puedes adquirir sus productos a través de su tienda online. Una buena opción para los que nunca saben qué regalar en Navidad y, ¿por qué no?, para darse un caprichito.
Kikekeller. Un bar en la trastienda.
Si buscas un sitio para tomar algo después del trabajo o quieres sorprender a alguien llevándolo a un «sitio diferente» en el que tomar una copa, Kikekeller es el lugar perfecto. A nosotros nos encanta como opción para tomar un gintónic tras una buena cena en Maricastaña, justo enfrente. Aunque, avisamos, puede que vayas a tomar una copa y acabes llevándote a casa alguno de sus objetos únicos e irrepetibles. ¡Nosotros los queremos todos!
Lise & Leti: Homemade Cookies
Lise & Leti Homemade Cookies, inaugurado en Agosto y a dos pasos de la Puerta del Sol, es un coqueto obrador que ya se ha ganado la fama de ser uno de los que hornear las mejores cookies de la ciudad. Sus dueñas son Elise y Laëtitia, dos chicas francesas que cuando vinieron a Madrid se dieron cuenta que no había ninguna pastelería americana que las hiciera a su gusto, y ¡por eso se lanzaron a hacerlas ellas!
Italiana Madrid. Librería-café en Malasaña.
Italiana Madrid no es la única librería-café de la capital. Lo que la hace diferente es que tanto los libros como el café son un pasaporte al vecino país mediterráneo. Un lugar perfecto para tomar un café capuccino, macchiato, freddo o ristretto acompañado de un buen libro en italiano, o en español, pero con temática italiana. Un lugar imprescindible tanto si adoras Italia como si quieres viajar a ella sin moverte de Malasaña.
El mercado gourmet de San Miguel.
Os hemos hablado en otras ocasiones de los nuevos mercados gourmet de Madrid. Aunque San Antón y La Isabela son buenas muestras de cómo dar un nuevo enfoque al tradicional sistema de puestos, San Miguel es además un ejemplo magnífico de reahabilitación de un edificio histórico. Este céntrico mercado es ya el único representante de la «arquitectura del hierro» en Madrid. Desde su construcción, a principios del siglo XIX, su función ha sido la de mercado y, con algunos matices, la sigue conservando.
Librería La Central de Callao en Madrid.
Aunque en Madrid ya conocíamos su selección de libros a través del Reina Sofía y de la Fundación Mapfre, con la nueva tienda en Callao, La Central se ha propuesto que comprar un libro se convierta en una experiencia mucho más completa. El acto en sí mismo de llevarse un libro a casa resulta siempre muy gratificante; no obstante, en sus más de 1200 m2, tenemos la posibilidad de disfrutar de la lectura in situ (en una sala ex profeso y algunos rincones agradables junto a las ventanas), de comprar objetos singulares de escritura y papelería, o de tomar algo mientras ojeamos nuestra reciente compra en su bistró-cafetería de la planta baja.