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Seguro que dentro de muy poco, si no has empezado ya, te tocará buscar restaurantes para comidas familiares en Madrid. No sé si te habrá pasado a ti, pero aunque hay un montón de sitios en la ciudad, no es una tarea fácil. Acertar con la ubicación, el tipo de comida, el precio… ¡no te líes! Gracias a esta lista, en la que me ha ayudado mi amiga Maite, encontrar el sitio ideal no será para ti ninguna misión imposible.
Puede que hayas pasado por delante de su fachada viejuna sin prestarle atención. No te culpo, porque en este restaurante no hay postureo ni está la jet set. Pero durante este otoño está teniendo lugar una auténtica revolución en Chamberí gracias a los nietos de los fundadores. Víctor Membibre, a la edad de 23 años, ha renovado a fondo la carta después de trabajar con los mejores chefs franceses. Prueba de ello es el “chill crab de txangurro”, que aúna tradición y modernidad. No digo que sea el próximo Dabid Muñoz pero…
Junto con su restaurante «hermano» Gaztelupe, forman un potente tándem gastronómico en Azca. Una muy buena cocina vasca que pone en valor sus materias primas con raciones generosas. Si no te decides entre todos sus platos, también puedes pedir su versión tapa y así probar más. Sus clásicos son la “ensalada de Bogavante” y el “changurro al estilo de Bilbao”, pero su gran secreto es el “arroz meloso”. Eso sí, los “tacos de bonito a la barbacoa” sorprenderán a más de uno. ¿No se te hace la boca agua?
Este restaurante de la zona de Azca es un caballo ganador para los amantes del pescado y el marisco. No es barato, pero difícilmente la materia prima puede ser mejor, gracias a que forma parte de Pescaderías Coruñesas. Gracias a ello creerás que Madrid tiene puerto de mar: almejas, ostras, erizos y un largo etcétera acompañados por una escogida carta de vinos. Cocina de producto cuidada al máximo en un local de lo más elegante.
Es uno de los máximos exponentes de la cocina portuguesa en la ciudad, que repasa todas las influencias de la cocina lusa. Y no me refiero solo al “bacalhau à brás” más típico, las antiguas colonias de Portugal tienen una gran presencia en su carta. Los toques de Mozambique, Brasil, Goa, Sri Lanka y Japón modernizan los clásicos lusos y dejan con la boca abierta a más de un foodie. Los apasionados del vino tendrán aquí una oportunidad de explorar lo desconocido, pero es casi obligatorio terminar la comida con un vino de Oporto seleccionado por su dueño Nuno de Noronha.
Este pequeño restaurante del barrio de Salamanca se ha ganado por méritos propios su amplia clientela. Su secreto es muy sencillo: cocina tradicional con preparaciones modernas. ¿Ejemplos? Su “ensaladilla rusa templada” está deliciosa, a la altura de su juego de texturas. Y su “bocado de manitas de cerdo” tuvo que volver a la carta por aclamación popular. El comedor se puede cerrar al público para esas comidas familiares en Madrid en las que se juntan abuelos, padres, hijos y demás. ¿Necesitas más razones para no estar reservando ya?
Recuerda bien este plato: “garbanzos salteados con tendón de ternera, cigalitas y berros morados”. Nunca la combinación de garbanzos, carne y pescado ha estado tan buena; pero hay muchas más razones para que comas en Fismuler. Comida honesta que hará que te chupes los dedos en un ambiente nórdico cálido y sobrio. Por cierto, su “tarta de queso” conseguirá que hasta el cuñao más cuñao reconozca que no ha comido una igual.
Si lo que quiere tu familia es probar cosas nuevas y no tienen miedo a nada, no dejes pasar la oportunidad. En Bocacalle se lo pasarán pipa con sus trampantojos: el “estofa-dog”, las “samosas aragonesas”, el “arroz arbóreo en plancton”… Yo disfruté un montón y seguro que vosotros también lo haréis con su chef formado en las cocinas de Martín Berasategui. Y como está en Alonso Martínez, te puedes pasar después por MEAT para tomar un buen gin-tonic. ¡Es un plan sin fisuras!
Todo un clasicazo de Chamberí por el que no pasan los años, con dos plantas con usos bien diferenciados. Abajo, una barra con un sinfín de cervezas de importación; arriba, un local acogedor e íntimo donde hacer comidas familiares en Madrid con platos belgas. Es casi obligatorio pedir los “mejillones en 8 aprestos” y la “raya Atelier”. De postre, y como no podía ser de otra manera hablando de Bélgica, su postre “todo chocolate”. Si tienes oportunidad, su menú degustación es una maravilla.
En esta lista he intentado incluir algunas novedades, pero clásicos como el Ten Con Ten son imprescindibles. Ubicación, local y comida se unen en uno de los place to be del barrio de Salamanca, y no únicamente para comidas familiares en Madrid. Tiene varios tipos de comedores, en los que hay desde mesas pequeñas a reservados circulares para los que hay que reservar con semanas de antelación. No es precisamente barato, pero su calidad hace que sea uno de los sitios favoritos de la gente del barrio.
Espero haberte ayudado en la difícil tarea de buscar restaurantes para comidas familiares en Madrid. No es fácil que un sitio guste a los abuelos y a los nietos por igual, pero con esta lista es bastante probable que ocurra. Luego ya es cosa vuestra si después de comer os vais a tomar algo a alguno de los bares clandestinos de Madrid o disfrutar de alguna terraza. ¡Pasadlo muy bien y ya me contaréis!
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