¿De verdad creías que no tenía mi lista de los bares castizos de Madrid? Esos sitios a los que llevo a los amigos que me vienen a visitar para que conozcan la ciudad. Durante el día, visitamos museos, y por la noche, vamos a los bares más auténticos 🙂
Muchos tienen más de 100 años de antigüedad y son historia viva de Madrid. Lo bueno que tiene es que en estos “museos” se puede comer y beber. Y no, no todos vienen en la guía Lonely Planet, te lo aseguro… ¡Que aproveche!
Casa Camacho (C/ de San Andrés, 14)
Malasaña está lleno de sitios modernetes, pero hay bares castizos por los que no pasa el tiempo. Desde que abrió a finales de los años 20 del s. XX, su famosísimo vermú siempre va acompañado de una tapa. Ahora está de moda que cada coctelero invente su propio combinado, pero Casa Camacho ya lo hizo hace muchos años. Su cóctel se llama “Yayo” y está hecho de vermut, ginebra y gaseosa.
El Brillante (Plaza del Emperador Carlos V, 8)
Este bar es uno de esos que tienen barra metálica y el suelo lleno de palillos y servilletas de papel. Uno de esos bares castizos que abre desde las 6:30 de la mañana hasta la 1 de la madrugada. Con semejante horario y muy cerca de la estación de Atocha, se podría decir que tiene un “ecosistema” propio. Su bocata de calamares está muy bueno, pero las conversaciones de los camareros con los clientes son incluso mejores.
Melo’s (C/ Ave María, 44)
En pleno Lavapiés, barrio multicultural por excelencia, está uno de los bares castizos más curiosos de Madrid. Con un toque gallego, aquí el plato más famoso es la “Zapatilla”, una combinación de lacón y queso de tetilla entre pan y pan de hogaza. Su tamaño es considerable, pero se puede pedir la mitad. Combínala con unas croquetas y unas empanadillas y saldrás rodando.
La Dolores (Plaza de Jesús, 4)
Está en una de las partes más turísticas de la ciudad, con todo lo que ello conlleva. Siempre suele estar bastante lleno, pero vale la pena la visita. Es un trocito de la historia de Madrid que se puede disfrutar con una cerveza bien fría, una gilda y un montadito. Su fachada de azulejos es la original de cuando se abrió en 1908. Único en su especie entre los bares castizos.
Fide (Calle de Ponzano, 8)
Los tapeadores profesionales tienen en el Fide su lugar de reunión. De esos bares castizos donde saben tirar las cañas “al estilo Madrid” y los camareros hablan por los codos. Sus raciones más famosas son las de marisco de primera calidad: percebes, zamburiñas, bígaros… junto con embutidos Joselito. Muy frecuentado por chulapos que ejercen durante todo el año.
Alipio Ramos (C/ Ponzano, 30)
Taberna inaugurada en 1916, que no es ni el más elegante ni el más cool de esta lista de bares castizos. Eso sí, la calidad/precio es imbatible y siempre ponen tapa gratis con la consumición. ¿El mejor momento para ir? Los domingos a la hora del aperitivo, ya que la tapa consiste en un platito de paella. Como te pidas 3 cañas, sales comido de allí.
La Mina (C/ Gral. Álvarez de Castro, 8)
La calle Ponzano se ha puesto muy de moda, pero hay vida más allá. Es el caso de La Mina, una antigua taberna abierta en los años 40 que ha vuelto a la vida gracias al nieto del fundador. Suele estar lleno de gente joven que disfruta de sus gambas a la plancha y de sus pinchos morunos. Nada de postureo y 100% auténtico.
Para conocer una ciudad, además de ver sus monumentos, también hay que comer y beber como sus habitantes: tortilla de patata, vermú, gildas… ¡Madrid tiene mucho por descubrir! Si no te quieres perder ninguno de los sitios a los que voy, sígueme la pista en Instagram. ¡Allí te cuento todo!
Puedes seguirnos en FaceBook + Twitter + Bloglovin´